Las vistas son increíbles, el servicio muy agradable, y la comida no está nada mal. Recomiendo las patatas campesinas de desayuno. No obstante, la media de edad de los clientes es de más de 90 años.
Solía ir de pequeño con mi padre –a la original, en C/ Móneva– a comer papas y calamares bravos los fines de semana de 'vermut' y a pesar de los años, siguen igual de increíbles que siempre.
‘Patatas Especiales Dallas’. La fama les precede; no se hable más: antes de sentarte, antes de abrir la carta, tienes que pedirle media ración a la camarera. Incluso antes de que te las recomiende.
Para mí, de las mejores (que no las mejores) papas bravas de Zaragoza. Lástima la relación cantidad/precio, porque de verdad, la familia que regenta este centenario negocio es encantadora.
Un par de cañas, patatas ‘Sant Antoni’, terraza y buena compañía en uno de los bares de moda de la ciudad: valor seguro. (Mención especial a los manteles de papel, ¡geniales!)
Beer, chips & friends. Han sabido darle una buena vuelta al concepto de típico pub británico. Atención de 10 tanto en español como en inglés (mención especial para Paula por su recomendación).
